La operación de cataratas aumenta la esperanza de vida de las pacientes mayores

El riesgo de muerte en mujeres mayores se reduce en hasta un 60% tras la operación de cataratas, no habiendo todavía datos sobre un posible beneficio en varones

Las cataratas constituyen, junto a la degeneración ocular asociada a la edad (DMAE) y el glaucoma, la primera causa de ceguera en todo el mundo. Concretamente, las cataratas se producen por un aumento de la opacidad del cristalino, lo que dificulta el paso de la luz a la retina y, por ende, la llegada de la información visual al cerebro. El resultado es que los afectados, en su inmensa mayoría personas mayores –las cataratas pueden desarrollarse a cualquier edad, habiendo incluso casos de niños afectados ya en el momento de su nacimiento–, sufren una pérdida progresiva de la visión. La buena noticia es que las cataratas se pueden operar.

En los últimos años se han realizado distintos estudios que ya han demostrado que la operación de caratas se asocia a una reducción de la mortalidad general. Un beneficio que trasciende de la ‘mera’ recuperación de la visión y que, según los resultados, podría, quizás, explicarse por la mejora inducida por la intervención en el estado de salud general y la independencia funcional del paciente.