El sentido de la vista es el más importante sencillamente porque gracia a él realizamos gran parte de las actividades de nuestro día a día.
Ni siquiera el uso del lenguaje se salva del predominio de la vista. Basta con remitirnos a algunas frases o expresiones que utilizamos a diario y en las que queda de manifiesto cómo este sentido configura prácticamente todo lo que realizamos.
Es común, por ejemplo, escuchar expresiones del tipo «mira», «vamos a ver», «déjame ver», «echemos un vistazo» o «veamos» pese a que no se refieren necesariamente a cuestiones relacionadas con la vista. Es una cuestión cultural.
De hecho, según una investigación del Instituto Max Planck, este uso del lenguaje es casi común en todos los idiomas. Sólo se conoce un ejemplo de un verbo que sirva para referirse a una experiencia sensitiva mucho más plena: el «a’y» propio de la cultura de los tzeltales, en el sur de México.
Por el contrario, son pocas las expresiones de uso común que se refieren al predominio de otros sentidos. Existen, claro que sí, pero no están tan extendidas en el lenguaje como las que se relacionan con el sentido de la vista.
Conoce los cuidados básicos del sentido de la vista
Los ojos, centro neurálgico del sentido de la vista, son órganos muy pequeños pero, a la vez, muy delicados. Los cuidados que podemos darles no solo se relacionan con el día a día; también podemos poner en práctica una serie de hábitos como:
- Llevar una alimentación rica en vitaminas A y C, que son indispensables para el buen funcionamiento del aparato ocular. Espárragos, lácteos, nectarinas, frutas y zanahorias son algunos de los alimentos que no pueden faltar en una dieta orientada al cuidado de los ojos.
- Revisar la iluminación de los lugares donde nos encontremos a diario, bien sea nuestra habitación, el estudio, la oficina u otros.
- Aprender técnicas para relajar la vista, sobre todo después de jornadas de trabajo o estudio que resulten especialmente largas. La idea de cualquier técnica es aliviar la fatiga visual y rebajar la tensión que se acumula en los músculos del aparato ocular. En este sentido, las técnicas de cambio de enfoque son algunas de las que más recomiendan los especialistas.